Las cifras oficiales
Octavio Fabela Ballinas
Según el reporte del Instituto Nacional de Geografía e Informática, Inegi, al cuarto trimestre de 2012, un gran total de 28.9 millones de mexicanos se ocupa en actividades informales, lo que significa que seis de cada diez personas económicamente activas en el país, no paga impuesto ni recibe seguridad social.
Con un incremento anual de 0.3%, esos 28.9 millones de personas, representan 59.9% de la población ocupada en el país. Dicho de otra forma cuatro de cada diez mexicanos están al margen de los derechos y obligaciones.
Una cosa es cierta, si el Inegi tuvo acceso a este estudio científico es porque toda esa masa de trabajadores está visible. Existe y quienes tienen acceso directo a todos ellos son los gobiernos locales.
Para nadie es un secreto que los municipios en todo el país, exigen a quienes laboran en la informalidad que cuenten con un permiso expedido por la autoridad local para desempeñar sus labores. Vamos hasta para limpiar vidrios de los autos en los cruceros de las ciudades es necesario contar con la venia del alcalde a través de su oficina de reglamentos.
Y los permisos no son gratis. Entonces ahí está la clave para que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público capte una buena parte del dinero que necesita para mantener al país funcionando.
Imponer un impuesto de un peso diario a todo ese mundo de trabajadores le solucionaría en parte su problema de liquidez al gobierno federal. Para esto no hay que ser especialistas en economía, basta haber cursado los primeros años de instrucción primaria para saber que con una medida de esta naturaleza ingresarían a las arcas federales algo así como 10 mil 404 millones de pesos.
Y con solo un pesito diario. Si esto lo sumamos con la eliminación de gastos superfluos como pago de telefonía celular del gobierno, gasolina, viáticos y otros tanto del Ejecutivo como de los poderes Judicial y Legislativo entonces no habría necesidad de aumentar impuestos.