Jaime Flores Martínez
Maiceado
Angustiadísimo porque sus ambiciones políticas comenzaron a desmoronarse, el senador petista Marco Antonio Blásquez no haya como justificar su abstención en el Senado de la República, pues al aprobarse la homologación del IVA en la frontera muchos bajacalifornianos le tachan de traidor.
Y aunque Blásquez se revuelve en su intento por justificar su abstención de hace una semana, la realidad es que su reputación la ubicó al fondo de las alcantarillas. Mientras este hombre echa mano de la palabrería parlamentaria y califica de “injustos” los señalamientos sociales y las críticas periodísticas, hay quien lamenta que Blásquez haya alcanzado una curul sin merecimientos.
Sus méritos se remiten a la conducción de un programa transmitido simultáneamente por televisión y radio. Con un lenguaje auténticamente grotesco, el periodista Blásquez escupía insultos contra autoridades y aplicaba adjetivos insultantes a familiares de funcionarios.
Antes de ser postulado como candidato, Blásquez acostumbraba colocar intermitentemente su puño contra funcionarios públicos, entre ellos el alcalde de Tijuana Carlos Bustamante Anchondo a quien ubicaba como “el alcalde Bustamiente” y lo tachaba de“bellaco”. En el 2007 se fue a la garganta del periodista televisivo Fernando del Monte por haber aceptado la candidatura del PRI a la alcaldía de Tijuana.
Hace una semana, en un programa de radio, Cicuta le recordó al senador Blásquez que en aquel tiempo cuestionó durísimo al periodista del Monte. Frente a su audiencia el periodista Blásquez dijo “que nunca buscaría convertirse en servidor público”, aunque sus ambiciones pudieron más que su perorata.
Bastó ponérsele de tapete a Andrés Manuel López Obrador para convertirse en candidato, aunque su logro mayor llegó al salir airoso de una confusión electoral. Aunque Blázquez no obtuvo más votos que su contrincante, el periodista metido a político ganó porque la autoridad electoral le resto votos al candidato priista.
De regreso al tema, Blásquez “se abstuvo” en la votación donde se decidió la homologación del IVA en la frontera. Tanto cacareó su rechazo a esa medida, que su acción fue calificada de cobarde y mentirosa, sus enredadas explicaciones no han convencido a nadie, excepto a su secretario particular Marcos Salaiza.
El periodista Joaquín López Dóriga publicó en su columna que Blásquez cedió a la propuesta del priísta Emilio Gamboa Patrón. Aunque no lo afirma, López Dóriga “deslizó” que Blásquez fue cooptado, comprado, convencido, para abstenerse de votar y con ello se aprobó homologar el IVA.
Casi de inmediato rechazó la versión e intentó justificar su abstención. Fue una estrategia que le permitiría al día siguiente utilizar 22 minutos en el Pleno del Senado donde su voto sería en contra. Cierto que la mecánica parlamentaria es incomprensible para la mayoría, aunque el sentido común deja saber que debió votar en contra. Si de todas formas el PRI-PVEM se saldrían con la suya, Blásquez debió votar en contra y no abstenerse.
El ex senador de la República Amador Rodríguez Lozano subió a Facebook su visión sobre el tema. Amador asegura: “Finalmente se consumó la tragedia. El IVA será aumentado 5% y se cobrará este impuesto en el sector maquilador del país. El Senador Marcó Antonio Blásquez, del PT tuvo en su voto la posibilidad de detener la reforma. Finalmente de alguna manera lo convencieron y, a pesar de haber expresado que votaría en contra, a la hora decisiva se arrugó y lo convencieron de que no votara, se abstuviera, con lo cual se alcanzó la mayoría requerida para aprobar el dictamen en comisiones, 10 contra nueve y una abstención”, señala Amador.
Si bien este último es un personaje polémico con actitudes cuestionables, Amador conoce al dedillo todos los callejones parlamentarios. Al decir que “de alguna manera” convencieron a Blásquez y se lanza a la garganta al subrayar que “se arrugó”, no hay duda que su abstención debió venderla cara. Sus prácticas son ampliamente conocidas entre políticos y periodistas bajacalifornianos. El miércoles pasado el senador Blásquez charló con Cicuta para insistir que su abstención no hubiese impedido el triunfo de la mancuerna PRI-PVEM. ¿Porque entonces no votó en contra?
Cicuta se enteró que la Presidencia de la República mandó un mensaje al revoltoso senador Blásquez para que no estorbara en su intento por homologar el IVA. El interlocutor habría sido justamente Emilio Gamboa, quien le adelantó “los riesgos que corría la empresa de comunicación PSN de perder la concesión”.