Colin Kaepernick está con un pie fuera de los 49ers de San Francisco. La magnitud del rumor que surgió en la estación de radio KBME-AM en California cayó como una granada a punto de estallar en las manos de la directiva de los gambusinos y como un atractivo botín para algunos piratas en el extenso mar de la agencia libre que comienza hoy en la National Football League y que representa el inicio del año administrativo de la Liga.

Tan rápido como se difundió el supuesto secreto a voces por parte de una fuente anónima, el gerente general del equipo, Trent Baalke, no tardó en tratar de desmentir dicho rumor al escribir en su cuenta de twitter que “un equipo llamó para saber si Kaepernick estaba disponible, pero contestamos que no lo negociaremos”.

A estas alturas de la situación y de la revolución de cambios que se han suscitado en el seno de los 49ers, ¿existe alguien que pueda meter las manos al fuego por las palabras de Baalke o por la supuesta sinceridad del dueño del equipo, Jed York?

Del rumor a la verdad

A pesar de que la mayoría de los seguidores de los 49ers y de los aficionados en general piensen que la salida de Kaepernick es sólo una especulación barata, la realidad es que los rumores en la liga terminan por ser una ruta hacia la verdad que sólo requiere de tiempo para materializarse.

El fenómeno que se ha estado generando en el equipo desde la mitad de la campaña, deja ver que la oficina en San Francisco no estaba conforme con lo que veía y menos con lo que se había transformado el conjunto.

Nunca fue un secreto que la relación entre el entonces exitoso entrenador Jim Harbaugh y el gerente general, Baalke, no era la mejor, y en varias ocasiones ambos aceptaron que simplemente se limitaban a una relación de trabajo, no obstante, hace poco trascendió, por voz del propio Harbaugh, que la directiva, en voz de Baalke, le impuso un ultimátum antes del segundo juego ante Seattle. La consigna fue, si no ganas te vas.

Desde ese momento el entrenador era historia a pesar de sus tres viajes consecutivos a la Final de NFC y una aparición en Super Bowl, y si no lo echaron al lunes siguiente fue porque él mismo pidió terminar la temporada.

Por otra parte, la realidad es que a esas alturas de la era Harbaugh, los 49ers habían perdido por completo su sello que un día los hizo grandes: una ofensiva pasadora y espectacular.

Metamorfosis

De la mano de Harbaugh, el ataque gambusino se fue transformando en una ofensiva terrestre con muchos problemas para ganar lanzado el balón, y gran parte de esa culpa recayó en la decisión de Harbaugh con su experimento y apuesta llamado Colin Kaepernick, un chico talentoso que nunca pudo retomar el nivel que ostentó en su debut en la liga, y que, se diga lo que se diga, nunca vio un progreso, sino más bien una regresión en su juego.

La verdad sea dicha, Baalke, quien se ha distinguido por armar un buen equipo a lo largo de su estancia en la gerencia general de San Francisco, desea cortar el mal de raíz, y si ya comenzó por Harbaugh, la ramificación es el mariscal de campo que eligió el entrenador, no él. No hay que olvidar que Harbaugh convenció a la directiva para reclutar a Kaepernick en 2011.

Una ley en la NFL es que cada entrenador quiere ganar con su mariscal de campo, y ejemplos hay muchos.

Jim apostó por Colin, y aunque en un principio dio resultado, la mercadotecnia y la miel de la fama que da ser quarterback en la NFL truncaron el desarrollo de un chico que no ha dejado de ser sólo una promesa.

Aunado a ello, Kaepernick no sólo se volvió el mariscal de campo titular y un ícono de moda en la NFL, sino en un jugador consentido por su entrenador que le soportó bajas de juego evidentes, al grado de que el juego de pase se volvió inoperante, algo que caló fuertemente en la autoconfianza y seguridad del jugador.

Cuando a todas luces era evidente que Colin había perdido  la chispa y se volvió predecible, fue Harbaugh quien salió a disculparlo ante la opinión pública al argumentar que su mariscal sufría de una lesión en un pie, lo que mermaba su espontaneidad.

La historia, sin duda, tiene una similitud con la relación Rex Ryan-Mark Sánchez en Nueva York en su momento.

Mentalidad

A la fecha muchos opinan que es quarterback corredor como Steve Young en sus inicios, sólo  quela diferencia con Young, es que el zurdo desarrollo su potencial como pasador para convertirse en el más preciso en la historia de la Liga.

La mentalidad juega un papel crucial en cualquier deporte, y la diferencia entre Young y Kaepernick es abismal, pues mientras que Steve respondió a las críticas del mismo Jerry Rice, quien lo tildaba de ser un buen mariscal corredor, con estudio y refinamiento de su técnica como pasador; Colin se pelea en redes sociales con la gente cuando le dice que en vez de presumir sus mil abdominales y sus tatuaje, se ponga a mejorar su mecánica para lanzar el ovoide. El hecho tuvo lugar hace un par de semanas.

Otro de los problemas para el aún joven mariscal es que nunca ha tenido una real competencia en su posición, lo que le daba la seguridad de que por más mal que jugará, nadie lo mandaría a la banca. Sólo hasta la temporada anterior pudo sentir esa presión con la llegada de Blaine Gabbert, estrella en Missouri pero que tuvo  muy malos momentos con los Jaguares de Jacksonville.

Gabbert a todas luces es mucho mejor pasador que Kaepernick, y no es de dudar que su contratación estuvo más que avalada por el gerente general Baalke.

Al parecer la estrategia dio resultado, Colin tuvo una campaña desastrosa en el peor momento, ya que acababa de firmar un contrato por más de 100 mdd. Sin embargo, Harbaugh nunca intentó siquiera removerlo a sabiendas de que con él no llegaría lejos en el 2014, es decir, a los playoffs. La realidad es que con el cuerpo de receptores, corredores y línea ofensiva, fue evidente que lo único que hacía realmente falta para ganar en ese equipo era un quarterback.

Vestidor dividido

Aunque no existen pruebas para asegurarlo, ¿podríamos suponer que ese fue uno de los detonantes para que se dividiera el vestidor a media temporada y se saliera de las manos del coach? Quizá.

Por esa razón, quizá el rumor que pone a Kaepernick fuera de la organización podría llevar un poco de verdad. No hay que olvidar que al final de la temporada, Deion Sanders, el ex jugador y ahora comentarista de la NFL Network, dijo que una fuente le confesó que el vestidor en los 49ers estaba dividido a favor y en contra de Harbaugh.

El comentario le valió palabras fuertes del entrenador para desmentir tal situación, no obstante, sólo bastaron unas cuantas semanas para que se supiera la verdad y se diera la salida de Harbaugh. La fuentes de Sanders no se equivocaron, y podría ser que en esta ocasión tampoco lo hicieran.

La apuesta de Baalke es riesgosa: ir con un nuevo entrenador y posiblemente con un nuevo mariscal en caso de darse la salida de Kaepernick, y aunque dichos cambios representan una locura si se toma en cuenta que el próximo Super Bowl será en el Lewis Stadium (casa de los 49ers), lo cierto es que tiene una cierta lógica si se le ve desde el punto de vista de que, con el pobre nivel de juego que mostró Kaepernick y el visible estancamiento con Harbaugh en los controles, ese equipo no llegaría muy lejos en el 2015.

Lo que más llama la atención del asunto es que para ser un rumor, ya existen nombres claros de los interesados en Colin, y se barajan los equipos de Filadelfia y Chicago.

Incluso, la fuente que ha destapado esta bomba ha señalado que los 49ers podrían mirar hacia Bryan Hoyer, quien fuera titular en Cleveland la temporada anterior y que sin duda es mejor pasador que Kaepernick

La verdad nadie la sabe, y de ser cierto, la respuesta podría llegar a partir de hoy que inicia la agencia libre en la NFL.