El Guadalajara no tiene remedio. Una vez más se dejó alcanzar en el marcador, ahora por Xolos de Tijuana, que los igualó con un autogol, Omar Bravo falló un penalty que fue detenido por Federico Vilar y a pesar de jugar 35 minutos del partido con un hombre de más por la expulsión del defensor Elio Castro, no pudo ganar, con lo que suma 8 partidos de esta campaña sin victoria, ya se le acabó febrero y no gana un encuentro desde noviembre del año pasado.

Chivas se fue adelante en el marcador al minuto 6 gracias a una extraordinaria pared entre El Conejo Brizuela y Ángel Zaldivar, rematada implacablemente por el primero, que puso temprano en ventaja a los locales que se vieron arrolladores en los primeros minutos del partido. Chivas parecía que iba a ampliar el marcador, pero Federico Vilar tuvo una gran tarde y detuvo todo lo que le fue enviado a su portería después de la temprana anotación.

Tijuana reaccionó y tras superar la tormenta de los primeros minutos se fue a buscar la portería tapatía y se encontró con su único gol de la tarde/noche cuando Dayro Moreno hizo una pared con Carlos Guzmán quien mandó un centro al corazón del área y con Rodolfo Cota superado en el trazo, vino una desafortunada desviada de Edwin Hernández que metió el balón en su propia meta.

El duelo creció en intensidad, el público que se le entregó primero a las Chivas, terminó decepcionado y abandonando el estadio en los minutos finales del partido ante la desesperación de la ineficacia de los rojiblancos, que se encontraron con un muro en la persona del arquero fronterizo, quien detuvo todo, una y otra vez.

Para la segunda mitad Guadalajara trató de mantener la tónica, pero Castro, Gandolfi y Guzmán parecían multiplicarse, hasta que en el minuto 58 el primero le dio un jalón a Jair Pereira en el área. El árbitro Miguel Ángel Flores que tuvo una desastrosa actuación le mostró su segundo cartón amarillo prácticamente en minutos consecutivos y lo expulsó marcando el penalty a favor del Rebaño.

Parecía que era el momento de la verdad y que Chivas tomaría el comando del partido, pero Vilar una vez más fue la gran figura de la tarde en el Estadio de las Chivas, renombrado así a partir de este fin de semana, y detuvo el disparo del capitán rojiblanco, quien disparó arriba a la derecha del arquero de Xolos, que reaccionó bien y desvió el disparo. Fue un balde de agua fría para los aficionados, quienes a partir de ese momento empezaron a increpar a los jugadores tapatíos.

A pesar de tener un hombre más durante 35 minutos, pues se agregaron 3 minutos de compensación al final del encuentro, Chivas no pudo. No es que no lo haya intentado, pero en la desesperación de conseguir el gol de la victoria dejaron de acompañarse ofensivamente y sus disparos, algunos de ellos con dirección a puerta, sin embargo fueron controlados o por los defensas fronterizos o por su arquero.

Pineda, Bravo, Zaldivar y hasta el Gullit Peña que entró en lugar del Dedos López al minuto 61, fracasaron una y otra vez en su intento de volver a poner la balanza a favor de su equipo, pero no pudieron. La afición terminó castigando al equipo con su indiferencia y abandonó prácticamente en masa el estadio luego de la decepcionante actuación de su equipo. Matias Almeyda se vio impotente para replantear el partido a pesar de tener ventaja numérica en la cancha, y por momentos simplemente se dedicó a observar lo que pasaba sin atinar a dar una instrucción que pusiera orden en su desbocado e inefectivo equipo.

El técnico de los fronterizos, Miguel Herrera, acabó molesto por el trabajo del árbitro, diciendo que la expulsión de su defensor fue injusta pues dijo “en el futbol mexicano vamos a acabar jugando a la muñecas” señalando como una exageración la marcación de la falta que provocó el penalty, que sin embargo, no pudo ser convertido a favor de los locales.

Chivas y Veracruz son los dos únicos equipos que no han podido ganar en el presente torneo, pues Dorados que venció al Atlas y que ha metido 6 goles en sus últimos tres partidos parece comenzar a reaccionar, lo que puede prender los focos de alarma en la comodidad en la que estaba el Guadalajara.