La mejor opción para las personas que necesitan un trasplante de riñón es la donación de órganos de pacientes vivos, pues se reduce el tiempo de espera si fuera trasplante cadavérico, aseguró el doctor del Hospital Metodista de Houston, Richard Knight.
“A veces los pacientes pueden llegar a esperar largos períodos de tiempo por un riñón nuevo, situación causante de extrema ansiedad y estrés”, expresó el cirujano especialista en trasplantes de riñón en un comunicado del centro médico.
De acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), en México existen 20 mil 352 personas que se encuentran en la lista de espera para recibir cualquier tipo de trasplante, de las cuales 12 mil 411 esperan uno de riñón.
El riñón de un donante vivo puede durar de 12 a 20 años en condiciones sanas, por su parte la esperanza de vida del riñón de una persona fallecida es de ocho a 12 años, mencionó el especialista.
Antes de convertirse en donador vivo, la persona es sometida a un estudio previo que permite a los doctores conocer su historial médico y su funcionamiento renal para asegurar un mayor periodo de vida del receptor.
“En los casos de donación de riñón en vida, se extrae el órgano, se lleva a la sala de operaciones próxima, y después de realizar todos sus preparativos, se trasplanta en el paciente receptor, de tal forma que las posibilidades de daño al riñón a trasplantar son relativamente bajas”, subrayó Knight.
“Si se trata de una persona saludable, la vida con un solo riñón es segura, una vez pasada la operación y el proceso de curación, regresan a su vida normal. No quiere decir que no pueden llegar a surgir problemas renales en el futuro, sin embargo, donar un riñón no es motivo para desarrollar problemas posteriores en la vida”, añadió.
Mientras un paciente espera su turno para recibir un trasplante se somete a terapias sustitutivas a base de diálisis en sus distintas modalidades para ayudar al riñón defectuoso a realizar las funciones de uno sano.
Lo anterior permite eliminar el exceso de sales y agua del cuerpo, mantener los niveles adecuados de potasio, sodio y bicarbonato y ayudar a regular la presión sanguínea.
Sin embargo, aunque la diálisis es una opción eficaz, estar en estos tratamientos por mucho tiempo puede afectar el resultado de un trasplante de riñón, indicó el especialista.
Aunque los órganos donados en vida elevan de manera sustancial las posibilidades de sobrevivir a largo plazo, no es cualquier cosa pedirle a un familiar o a un amigo que sacrifique un riñón, expuso el médico, por ello recomendó recurrir a una organización que apoye con el proceso de encontrar un donante.
“Es totalmente posible llevar una vida perfectamente normal con un solo riñón, y en la mayoría de los casos, los seres queridos están más que dispuestos a dar esa oportunidad de vida donando su riñón”, manifestó Knight.
En 2015 se registraron un total de dos mil 770 trasplantes de riñón, en lo que va de 2016, se tiene registro de 354 trasplantes, en la gran mayoría de donador cadavérico.
La cantidad de trasplantes realizados no sobrepasa diez por ciento de las personas que integran la lista de espera, muchas de ellas de manera lamentable fallecerán antes de recibir el trasplante que requieren, dijo el especialista.