En su tercera expedición a Los Andes, los montañistas Leonardo Albornoz y Lower López lograron su objetivo: encontraron los restos del avión modelo Douglas DC-3 de doble hélice de la compañía LAN desaparecido hace casi 54 años, el 3 de abril de 1961. Los andinistas crecieron en la zona donde se produjo el accidente, cerca de la ciudad de Linares, a unos 300 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Conocían, como muchos chilenos, la historia detrás de la catástrofe: ocho futbolistas, el entrenador de un equipo de primera, el desaparecidoo Green Cross, habían perdido su vida en la montaña y sus restos, en su mayoría, nunca habían sido encontrados.
Los dos exploradores tenían la certeza de que podrían ubicar vestigios del avión, que transportaba en total a 24 personas, entre ellas a dos árbitros. Los funerales de los pasajeros se hicieron con apenas algunas partes de los cuerpos. Pero cuando Albornoz y López el pasado 4 de febrero hicieron el hallazgo, se sorprendieron: “Yo pensé que el avión iba a estar completamente desintegrado, pero encontramos gran parte del fuselaje. Fue conmovedor y emotivo”, señaló Albornoz al periódico La Tercera.