Durante la cumbre internacional sobre la lucha contra el extremismo violento inaugurada ayer en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que los yihadistas del Estado Islámico “no son ni religiosos ni representan a los mil millones de musulmanes”, sino que simplemente se trata de terroristas “desesperados por obtener legitimidad”.
“Ninguna religión es responsable de terrorismo. Las personas son responsables de la violencia y el terrorismo “, aseguró Obama.
El mandatario estadunidense agradeció la “impresionante respuesta” mundial contra el EI, que controla amplias zonas de Siria e Irak y que ha sumado a sus filas a más de 20 mil combatientes extranjeros.
RESENTIMIENTO. Desde ayer más de medio centenar de países participan en una cumbre internacional en Washington, miembros de la sociedad civil y asociaciones de musulmanes en Estados Unidos y hoy jueves congregará a ministros de los ramos de Interior y Exteriores, para compartir experiencias de integración, educación y coordinación policial.
Obama aseguró que el más importante recurso en la lucha contra el extremismo son las comunidades en las que los terroristas intentan reclutar nuevos miembros, aprovechando problemas económicos, de pertenencia o integración social.
POBREZA. “La pobreza por sí sola no hace que alguien se convierta en un terrorista, pero cuando la juventud no tiene esperanza o futuro (...) el resentimiento y el riesgo de extremismo aumenta”, explicó Obama.
La Casa Blanca, que en esta cumbre evitó relacionar el extremismo con el Islam porque considera que grupos como el Estado Islámico van en contra de la religión musulmana, dijo que la principal medicina contra estos movimientos es “más democracia, más instituciones y más libertades”.
“Hay que elevar las voces que han conocido de la hipocresía del Estado Islámico, incluidas las de antiguos extremistas, que han visto que aquello no es una revolución, sino una matanza”, recomendó Obama.