La Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC) dio ayer un paso de gigante en la defensa de un internet libre y en contra de los canales de pago de alta velocidad, en una decisión considerada histórica.
“Hoy es un día para recordar”, señaló Tom Wheeler, presidente de la FCC, tras la conclusión de la votación de ese organismo federal independiente sobre una propuesta del gobierno de Barack Obama para democratizar la red.
“Internet es simplemente demasiado importante para permitir que los suministradores de banda ancha sean los únicos que establezcan las reglas”, afirmó Wheeler.
Servicio público. La propuesta, que considera Internet un servicio público y, por lo tanto, sujeto a una más estricta regulación para garantizar la igualdad de acceso, contó con el respaldo de los tres miembros demócratas y la oposición de los dos republicanos de la FCC.
De este modo, la FCC recalca el deber de asegurar que las grandes compañías proveedoras, como Comcast o Verizon, no puedan ralentizar el acceso a determinados portales web o que establezcan “canales rápidos” por los que cobrarían un precio adicional a los suministradores de contenido.
Estas compañías habían argumentado, junto con los dos comisarios republicanos de la FCC, que este aumento en la regulación desalentaría los procesos de innovación que han caracterizado la red.