Alarmada por su caída en picada en las encuestas sobre la candidatura presidencial demócrata, cuando hace apenas dos meses era la favorita indiscutible, Hillary Clinton pronunció ayer la palabra que se ha resistido a decir desde que estalló el escándalo sobre el uso de su correo privado para enviar información confidencial cuando era secretaria de Estado: perdón.

“Fue un error. Pido perdón por ello. Asumo la responsabilidad”, le dijo Clinton a David Muir, de la cadena ABC, en una entrevista exclusiva.

Su declaración se produce el mismo día en que el sucesor en el cargo de Clinton, John Kerry anunció la creación de un nuevo puesto, el “zar de la transparencia”, con el fin de mejorar el sistema de archivo electrónico en el Departamento de Estado. El cargo será ocupado por Janice Jacobs, una ex diplomática de carrera.

Hasta ahora, Clinton se había resistido a disculparse, a pesar de que varios periodistas le habían hecho la pregunta directamente desde marzo pasado, cuando la ex secretaria de Estado admitió que no usaba el correo interno del Departamento de Estado y que usaba su correo privado, incluso para enviar información clasificada, “porque era más práctico”. Argumentó que prefería portar sólo una Blackberry, en lugar de dos dispositivos, ya que en aquella época no era posible hacer uso de dos correos en un mismo smartphone.

Clinton lleva meses siendo cuestionada por haber puesto en riesgo la seguridad nacional y por haber ocultado esa información.

Imagen dañada. El caso ha dañado la imagen de Clinton. Las encuestas revelan que la confianza de los ciudadanos ha caído. Sólo el 37% la considera una candidata honesta y confiable, según una encuesta de la Universidad de Quinnipiac en julio.

Por su parte, una encuesta publicada ayer por la Universidad Monmouth mostró que, aunque Hillary Clinton sigue favorita para llevarse la candidatura presidencial demócrata, con un apoyo del 42 por ciento, en apenas un mes ha perdido 10 puntos, los mismos que ha ganado el vicepresidente Joe Biden, quien, a pesar de que aún no ha decidido si se lanza a la carrera presidencial o no, obtuvo un 22 por ciento.

Por su parte, el senador por el estado de Vermont, Bernie Sanders, tiene una preferencia de 20 por ciento, cuatro puntos porcentuales más que durante el sondeo de principios de agosto, de acuerdo con Monmouth.

El más reciente coqueteo de Biden con su candidatura a la presidencia surgió el 1 de agosto después que en una columna del “New York Times” se indicó que los socios de Biden ya habían comenzado a contactar a líderes y donadores demócratas que hasta entonces no habían apoyado a Hillary Clinton o que se habían mostrado cada vez más preocupados con respecto a las probabilidades de una exitosa candidatura del grupo de Clinton.

A pesar de las especulaciones en el sentido de que la candidatura de Biden se acerca, el vicepresidente dijo la semana pasada que la decisión dependerá de si él y su familia tienen “la energía emocional para competir”.

“La pregunta es ¿puedo hacerlo?, dijo Biden en un evento. “La respuesta honesta es que sencillamente no lo sé”, indicó.