En la campaña electoral que llevó a la Casa Blanca, en 2008, Obama prometió cerrar la base de Guantánamo, abierta en 2001 por el presidente George W Bush. A esta labor se ha encomendado el presidente de Estados Unidos durante sus siete años de mandato, pero siempre ha chocado con la oposición del bando republicano.
Ahora, Obama lo intenta por última vez. A11 meses de abandonar el despacho oval, el mandatario pedirá al Congreso que le permita cerrar la base, argumentando que esta es "contraproducente" para la lucha antiterrorista, que es contraria a los valores de EU, que "socava" la seguridad nacional en vez de reforzarla y que perjudica las relaciones del país con naciones aliadas.
Obama recordó a los que se oponen a su cierre que Guantánamo, abierta tras los ataques a las Torres Gemelas para albergar terroristas, no ha proporcionado "ni un solo veredicto" sobre el 11 de septiembre.
LAS CIFRAS. El plan demócrata contempla el traslado a otros países de hasta 35 de los 91 reos que siguen hoy en día internos en la base -de los más de 800 que llegó a albergar tras su apertura- según reconoció de forma anónima un alto funcionario en conversación telefónica.
Además, se trasladaría a cárceles en territorio estadunidense a entre 30 y 60 presos más. Aunque Obama no ha especificado localizaciones concretas, éstos podrían repartirse entre Carolina del Sur. Kansas y Colorado, aunque podría hacer falta construir instalaciones adicionales en bases militares del país.
El plan tendría un coste de entre 290 a 47 5 millones, pero Obama aseguró que esto permitirá ahorrar dinero. Concretamente hasta 335 millones de dólares en 10 años, en palabras del portavoz del Pentágono, Peter Cook, quien, además, afirmó que ven posible lograr el cierre de la base antes de la marcha de Obama, en enero de 2017.
OPOSICIÓN REPUBLICANA. Para aprobar el cierre de Guantánamo, Obama necesita el apoyo del Congreso, que actualmente, así como el Senado, controlan los republicanos. La cámara baja estadunidense ya ha prohibido en varias ocasiones el traslado de presos de la base a suelo de EU.
Y no parece que vaya a haber ahora una excepción. El presidente de la Cámara de Representantes de EU, el republicano Paul Ryan, expresó ayer mismo que el Congreso vetará el plan de Obama, para "no poner en peligro la seguridad nacional por una promesa de campaña"; "Seguirá estando contra la ley transferir detenidos terroristas a suelo estadunidense", afirmó rotundamente Ryan en un comunicado.