El grito "esta es la juventud del Papa" de los peregrinos asistentes al Vía Crucis oficiado hoy por el pontífice en la playa de Copacabana se confundió con las consignas en contra del gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, entonadas por manifestantes.
Algunos centenares de personas participaron en una protesta cercana al área del paseo marítimo donde se congregó más de un millón de personas a escuchar al papa Francisco, que llegó a Brasil el pasado lunes.
El grupo, acompañado por la policía, logró llegar hasta la playa poco después de que terminara el acto religioso y que el papa se retirara del lugar, según constató un periodista de Efe.
"Si Dios es brasileño el diablo es carioca", decía un cartel, en referencia a Cabral.
Algunos peregrinos abuchearon a los manifestantes y criticaron carteles que hacían referencias religiosas. "Me llamo Jesús y vengo aquí para decirle que Dios no existe", decía uno de ellos.
Los voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) hicieron un cordón durante la concentración que separaba a los manifestantes y a los peregrinos, quienes en algunos momentos debatieron sobre las reivindicaciones de los primeros.
"El Gobierno brasileño no debería haber financiado con recursos públicos la venida del papa", se quejó a Efe Julio César de Andrade, uno de los manifestantes.
En la protesta participaron algunos jóvenes con máscaras y pañuelos en el rostro, usados en otras movilizaciones en las últimas semanas por personas que realizaron saqueos y actos vandálicos.
Durante el acto el papa dijo que con la cruz Jesús se une a los muchos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas "porque ven egoísmo y corrupción".
Brasil ha vivido una ola de protestas desde junio, inicialmente por el alza del valor del transporte, que después incluyeron demandas como mejores servicios de educación y salud, y el combate contra la corrupción.