El papa Francisco dio el sábado un tirón de orejas a la clase política de Brasil, que poco antes de su visita fue blanco de masivas protestas de una sociedad civil desencantada por la corrupción y la ineficiencia de los servicios públicos.
En un discurso ante autoridades, legisladores y miembros dela sociedad brasileña reunidos en el Teatro Municipal de Río de Janeiro, el pontífice argentino de 76 años reclamó una"visión humanista" de la política y la economía que elimine el elitismo y la pobreza.
Entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta, siempre hay una opción posible: el diálogo. El diálogo entre las generaciones, el diálogo con el pueblo, la capacidad de dar y recibir, permaneciendo abiertos a la verdad", señaló el sumo pontífice en el Teatro Municipal de Río de Janeiro.
Francisco insistió que además del humanismo integral que respete la cultura original y la responsabilidad solidaria, es necesario para afrontar el presente mediante el diálogo, "el diálogo constructivo".