PorRedacción / Sinembargo
Ciudad de México, 6 de febrero (SinEmbargo).– El terrible guión diseñado por la Presidencia de la República para responder a los cuestionamientos sobre las propiedades que Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera y Luis Videgaray tienen (tuvieron, en el caso de la “casa blanca”) de las constructoras Grupo Higa y San Roman, beneficiarias de licitaciones por miles de millones tanto en el Estado de México como en el Gobierno federal, han resultado en un efecto que, pareciera, no fue el esperado.
La prensa internacional ha despertado esta mañana con fuertes críticas al nombramiento del Secretario de la Función Pública (SPF), Virgilio Andrade Martínez, un burócrata con relaciones dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y amigo de uno de los supuestos investigados: Videgaray.
Las críticas en México a la propuesta anticorrupción del Presidente fueron inmediatas. La prensa extranjera ha tardado unas horas más en reaccionar. Tanto Bloomberg como The Economist se preguntan hoy por qué ni el Presidente, quien tiene una propiedad con la constructora San Román, ni el Secretario de Hacienda, que adquirió la suya a Grupo Higa como Angélica Rivera, han hecho públicos los contratos de sus mansiones aún cuando están en el ojo público.
Bloomberg y The Economist son dos de los medios más poderosos, a nivel internacional, en el mundo de los negocios y las finanzas. Su influencia es contundente entre los tomadores de decisión.
Una crítica creciente, también en la prensa extranjera, es por qué el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Acción Nacional (PAN), opositores, no han hecho eco de las críticas.
The Economist tuvo ayer una respuesta:
“Para complicar las cosas, la regulación de los conflictos de intereses es turbia en México, lo que significa que la base jurídica de la investigación no está clara. Los partidos de oposición en el Congreso dicen que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Peña Nieto ha retrasado el lanzamiento de su propia investigación. Pero la oposición ha estado notablemente tranquila en el tema ya que, sospechan los expertos, muchos tienen esqueletos en sus armarios”.
“La decisión del Presidente Enrique Peña Nieto de someterse a él mismo, a su esposa y su Secretario de Hacienda a una investigación sobre las acusaciones de conflicto de intereses ha tenido un inicio fallido”, dijo esta mañana The Economist. “El Secretario es incapaz de investigar los contratos hipotecarios que están en el centro del escándalo, lo que plantea dudas sobre la seriedad de su empeño”.
En los últimos meses, recuerda la publicación, Peña ha sido perseguido por acusaciones de que él y su esposa, así como Luis Videgaray, obtuvieron casas a crédito de filiales de una empresa de construcción que ha obtenido numerosos contratos gubernamentales.
“Los tres niegan cualquier fechoría. Pero los contratos hipotecarios no se han hecho públicos, y Peña reconoció, al anunciar la investigación el 3 de febrero, que había sospechas de irregularidades que quería disipar”.
Virgilio Andrade, a quien Peña nombró como Secretario de la Función Pública y para encabezar la investigación, dijo un día después de ser presentado que su oficina no tiene la autoridad para investigar los contratos hipotecarios o a las tres personas, porque estaban fuera del cargo público cuando las ofertas habían acontecido. Su único foco estaba en la probidad de los posteriores contratos del gobierno otorgados a la empresa constructora, Grupo Higa.
“Algunos acusaron a Peña de actuar con cinismo al anunciar con bombos y platillos una investigación que, él debe haber sabido, estaría limitada en su alcance. También es ampliamente señalado que el señor Andrade debe su trabajo al señor Peña, y se dice amigo personal del señor Videgaray, lo que plantea dudas sobre su independencia”, agrega The Economist.
“La campaña anticorrupción del señor Peña, un intento tardío de abordar su popularidad a la baja, ha empezado con el pie izquierdo”, concluye.
Bloomberg coincide con la necesidad de que Peña Nieto y Videgaray muestren sus contratos para adquirir esas propiedades.
“A diferencia de Angélica Rivera, ni Peña Nieto ni Videgaray han hecho públicos los documentos de la hipoteca, ni comprobantes de pago de sus casas. Ambos han negado haber actuado mal, diciendo que no están involucrados en la adjudicación de contratos. [Pero] la oficina de prensa de la Presidencia no respondió a las solicitudes telefónicas y a correo electrónico para hacer comentarios, y la oficina de prensa del Secretario de Hacienda confirmó que Videgaray no ha hecho sus documentos públicos”.
Otro medio que ha lanzado críticas y que tiene una fuerte influencia pero entre la clase política en Washington, es McClatchy. Hoy dice:
“Tres meses después de los escándalos de conflicto de interés, ninguno de los tres principales partidos políticos de México ha llevado a cabo una investigación”.
“Los esfuerzos del Presidente –agrega– para pasar de página en los aparentes conflictos de intereses que acosan a su gobierno, parecen haber fracasado. Los analistas políticos y los editoriales de los periódicos dijeron ayer jueves que la campaña de Peña Nieto es un fracaso y advirtieron que se enfrenta a una ‘pérdida de la confianza’ con el público”.