TIJUANA.- “Nos ibamos a casar en San Diego, pero Dios quiso que aquí y estamos felices”, expresó Irma mientras caminaba de la mano con su ahora esposo, Luis Enrique Serrano Gutiérrez.

Se oía la marcha nupcial a cada paso que daban entre la “yugular”, como se conoce a esa parte de la prisión de La Mesa.

“Vimos que es la única oportunidad que tenemos para unificar la familia y decidimos casarnos”, contó el hombre.

Tienen 3 hijos y vivieron juntos 13 años, porque desde hace uno están separados porque él asesinó a su secuestrador.

“En el camino de la Rumorosa al Hongo”, recordó, “peleé con el secuestador, le gané y lo maté. Por eso estoy aquí, no ha terminado el proceso seguimos peleando”.

Para él, unirse en matrimonio “ayuda a

la rehabilitacuión y el buen funcionamiento de la familia”.

En total, 57 parejas contrajeron nupcias por la vía civil, dos eran mujeres que purgan penas por diversos delitos, contó Héctor Grijalva Tapia, Subsecretario del Sistema Penitenciario que depende de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE).

Yahaira Astorga cumplira tres años en la cárcel. Es de origen norteamericano, igual que su novio Javier Berber, a quien conoció en una fiesta.

Ella entró a prisión en julio de 2011, está bajo proceso penal por el homicidio de otra joven.

“Ya estabamos acabando el segundo año de novios, cuando pasó el caso de ella (...) pero eso no se convirtió en ninguna especie de obstáculo y por eso estamos aquí”, declaró Javier.

Él recuerda el día que le pidió matrimonio “en la cuarta o quinta semana que estaba viniéndola a ver, fue que me le arrodille y le pedí que si quería ser mi esposa”.

Seis años deberá cumplir aún en prisión Yahaira, para su hoy esposo no importa “voy a esperarla, tenemos planeado una familia completa, tal vez con unos dos hijos”.

Familiares acudieron a la boda celebrada en uno de los patios de la cárcel, en donde se tomaron la fotografía del recuerdo y también cortaron el pastel a fin de iniciar el festejo en donde había unas 400 asistentes ala matrimonio colectivo

MEXICALI.- Gracias a lo acordado en el Acta 319 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), más de 130 millones de metros cúbicos de agua serán desfogados en la cuenca del Río Colorado en el territorio mexicano.

El evento formal será este próximo 23 de marzo en las compuertas que dan hacia el cauce en la Presa Morelos, ubicada en la línea internacional entre México y Estados Unidos, culminando hasta el 18 de mayo.

Con esta acción sin precedente, y único desde que se instauró la CILA, se buscará restaurar la vegetación y fauna endémica de la región, ya que es ahí donde acuden un aproximado de 200 mil aves de 300 distintas especies al año, algunas de ellas en peligro de extinsión.

En conferencia de prensa, el representante del CILA en Mexicali, Francisco Bernal Rodríguez, comentó que este proyecto denominado “flujo pulso”, no tendrá impacto alguno en el abasto del vital líquido destinado a fines agrícolas ni a la que es destinada a consumo en las ciudades de Mexicali e incluso Tijuana.

Se le nombró de esa manera, ya que ese flujo “excedente” se suma al flujo base de 65 millones de metros cúbicos, de los cuales más del 85% se utiliza para fines de riego de sembradíos principalmente en el valle del Mexicali.

Por su parte, el representante del Sonoran Institute, Francisco Zamora Arroyo, destacó que el humedal del delta del Río Colorado es considerado uno de los más importantes a nivel mundial por sus miles de hectáreas de extensión.

Sin embargo, señaló que las afectaciones derivadas del cambio en la ruta del cauce realizadas por el hombre, han sido de consideración, pero aún se puede realizar acciones para rescatar algunas zonas.

Como ejemplo comentó que en la década de los ochentas, de acuerdo a estudios realizados por diversas instituciones científicas, la mayoría de los ecosistemas de la zona en mención estaban muertos.

Luego de 15 años de estudios y trabajos extenuantes han demostrado que aún es posible recuperar espacios de hasta 500 hectáreas, con árboles propios de la zona.

Se enfatizó que el pino salado no se tomará en cuenta para la reforestación de la región, por no ser “original” de la zona.

Actualmente extisten en todo el mundo más de 260 cuencas compartidas entre dos o más países, siendo la primera vez en la historia que se logra un acuerdo de tal magnitud en pro del medio ambiente.

En la misma rueda de prensa, autoridades y representantes de las organizaciones civiles que participan de manera activa en este proyecto, recalcaron que aunque no es la solución final para la reforestación de toda la cuenca del río, este proyecto se puede considerar como un paso más para lograrlo.

Es por ello que durante las ochos semanas en las que se estima durará el desfogue, más de 50 científicos de instituciones como el Colegio de la Frontera Norte (Colef), la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), junto con miembros de Pronatura y el Sonoran Institute, participarán en un monitoreo que permitirá obtener resultados con base científica en cuanto al comportamiento de las especies, la flora, fauna y demás circunstancias propias de investigación.