Indira Mata A-Firma
La presentación de los planes de desarrollo gubernamental son únicamente para cumplir con una obligación, y con ese mismo entendido acuden los invitados a las ceremonias de pipa y guante que son más bien desfile de besamanos. No es cizaña, pero estos eventos de protocolo son desde hace mucho una especie de eventos “quita-tiempo”,
El alcalde Jaime Rafael Díaz Ochoa presentó este martes su Plan Municipal de Desarrollo 2014-2016, mismo que plasmó en una lujosa edición de 74 páginas en las que busca hacer un llamado de aliento a la ciudadanía ante lo que está enfrentando como jefe de la comuna mexicalense.
“Nuestra intención es tener el control y la debida evaluación de las diversas acciones que impulsará la administración municipal, a partir de una gran visión, un rumbo y una planeación de largo plazo que logre gradualmente resolver las diversas problemáticas que tiene nuestro municipio, buscando siempre lo que nos une y no lo que nos separará.” ¿Así o más hueco…?
Y más: en la atención a grupos vulnerables en la línea de acción 3.5.2 de atención para la mujer, dedica cinco renglones para decir “establecer acciones de asistencia social a mujeres, para impulsar su desarrollo y fortalecer su autoestima, derechos, educación y familia, así como brindar acciones de capacitación para que adquieran, y en su caso mejoren, habilidades laborales que apoyen su desarrollo personal y familiar. Pero, ¿Cómo y cuándo habrá de lograr esto? Eh ahí el dilema…
El meollo del asunto es que los ciudadanos identificamos plenamente cuál es la inseguridad que nos aqueja, la obras de infraestructura que hacen falta, lo que ocasiona la suciedad y contaminación de nuestra ciudad, etcétera, etcétera. El problema es que Díaz Ochoa no dice nunca cómo habrá de ejecutar las acciones diarias de gobierno para resolver las problemáticas y avanzar en los compromisos que se echó a cuestas al asumir el cargo como presidente municipal de los mexicalenses.
El gobierno municipal de Jaime Rafael Díaz Ochoa parece que se diluyó al encontrar las arcas municipales vacías y en quiebra que le heredó su antecesor Panchito Pérez Tejada, quien por cierto nunca terminó sus principales proyectos como el ahora denominado “sistema moderno de transporte” o el polideportivo que dejó a medias.
El alcalde panista quiere pero no puede, tiene circunstancias muy diferentes a su primera administración de hace 9 años porque las finanzas están más desfondadas que nunca, y todo parece indicar que sus amigos sólo buscan que responda a los favores otorgados sin importar que las consecuencias las sigan pagando los mexicalenses.
