Por.- Alfredo Calva
La capitación y reclutamiento de activos y liderazgos comunitarios de oponentes que hacen los partidos políticos en tiempos electorales, no es nada nuevo ni especial. Es una estrategia mediática como primera fase, seguida del obvio reclutamiento de militantes que desertan de la organización política en la que militaban para sumarse al capital de sus votantes en busca del triunfo en las contiendas político electorales.
En Rosarito en los últimos días ha sido el pan, del PAN, cada semana, quien primero fue a presentarse a ponerse la camiseta de Acción Nacional a las oficinas de campaña de los candidatos a la alcaldía, Mirna Rincón y a la diputación por el XVII distrito al congreso local, Ignacio García Dworak, fue el de nombre Karim Casillas, quien desde el año 2005 militaba en las filas del tricolor.
Cabe destacar que, antes de comenzar las campañas, se alejaron de la candidata a la alcaldía por la alianza PRI-PT-PANAL-PVEM, Laura Torres Ramírez, una fracción importantes del sector transportista en este municipio, quienes se sintieron engañados por la abanderada tricolor y optaron por buscar una oportunidad de tener un representante en el cuerpo edilicio en la próxima administración y esta se les presento en la fórmula a munícipe de Acción Nacional.
A la deserción y reclutamiento de Karim Casillas, se sumaron las lideresas comunitarias de antigua militancia tricolor, Eva Teno, Rosa Álvarez y ¨Cuquita¨, quienes durante las anteriores campañas políticas federales y locales, sumaron sus esfuerzos a las causas del Revolucionario Institucional, y hoy, se colocaron el chaleco albiazul para trabajar en favor de sus candidatos a la presidencia municipal y la diputación local.
Obviamente el impacto hacia el interior del PRI fue demoledor, no habían transcurrido ni dos semanas de iniciadas las campañas de proselitismo electoral cuando se registró la hecatombe política provocada por la coordinada logística del PAN, impacto del que en el PRI no han tenido la capacidad de reaccionar con igual contundencia en contra de sus adversarios albiazules.
Los comentarios sobre esta deserción y reclutamiento de liderazgos comunitarios desprendió opiniones encontradas de militantes priístas, para unos, perdió el PRI activos de valía que por años trabajaron por el partido fomentando y promoviendo el voto para la causa tricolor por su gran capacidad de convocatoria y liderazgo, que se cansaron de ser ignorados, desoídos, rechazados y hasta olvidados.
Sin embargo, otros señalan que, quienes se fueron a las filas de los rivales políticos son mercenarios que adolecen de ideologías y desconocen el significado de la palabra lealtad, que no representan nada de sufragios para el PRI y que además por años fueron beneficiados directos al igual que sus familiares por acciones de funcionarios priístas, y ahora, que no se les dio lo que exigían, fueron a ofertar la dignidad al mejor postor y, quien traiciona una vez, traicionara siempre.
Ante las opiniones encontradas solo podemos establecer que, el PRI perdió militantes y el PAN gano nuevos sufragios para su causa a un determinado costo económico o laboral, o ambos, de forma directa o para sus familiares, quedando dos preguntas por el momento sin respuesta, ¿será definitiva ésta transacción comercial entre el panismo y los ex priístas?.
O, ¿si al término del proceso electoral el próximo cinco de junio, los panistas se desprenden de sus nuevas adquisiciones, o los ex tricolores arrepentidos retornaran al redil como si nada hubiera ocurrido?.
Ya lo sabremos……..