Jaime Flores Martínez
Minino
Muy atento deberá estar el síndico social de Tijuana Bernabé Esquer Peraza, pues la visión es que la mayoría de la gente observa a esa dependencia como la Cueva de Ali Baba.
Si en verdad Esquer Peraza pretende transitar con “la bandera de la honestidad y el compromiso con la comunidad”, entonces deberá sacudirse a personajes de turbia reputación que encontraron cobijo en el único resquicio panista dentro del gobierno del priísta Jorge Astiazarán.
Hace unas cuantas semanas Bernabé Esquer anunció la contratación del ex secretario de Planeación y Finanzas Héctor Adán López Camacho, un personaje con una brillante carrera que –en la Sindicatura Social-- se encargará del manejo de las finanzas.
El arribo de López Camacho fue aplaudido incluso por algunos funcionarios tricolores que conocen la seriedad de un funcionario panista que ha laborado en dos distintas administraciones estatales.
Lo que Esquer Peraza no podrá justificar es el ingreso (como la humedad) de Luis Alonso Morlett, un funcionario de cuestionable reputación que ahora mismo despacha como secretario particular de Esquer.
En su carácter de secretario particular, este hombre asume una actitud de perdonavidas frente a la mayoría de los funcionarios, especialmente si alguno de ellos “cuchichea” la eventual inhabilitación de Morlett tras despachar en la Dirección de Vialidad y Transporte de Tijuana.
Y es que el síndico social abrió la puerta a panistas desempleados --o bien—que no encontraron cobijo en el gobierno de Francisco Vega de la Madrid. Muchos de ellos pertenecen a la corriente del ex gobernador de Baja California José Guadalupe Osuna Millán. La Sindicatura Social de Bernabé Esquer se observa como un auténtico bote de basura.
Fardo
Indignado porque sus compañeros le tratan como si fuera "un majestuoso bulto", el regidor Héctor Riveros Moreno decidió abandonar la enésima comisión especial creada para enterrar un tema escandaloso.
Y es que Riveros se hartó de ser ignorado por el resto de los ediles y se fastidió de los periodistas interesados en conocer los avances en la investigación del desencuentro interno, cuyo origen estalló a finales de febrero. El sábado pasado, el regidor Riveros aventó la toalla porque el resto de los regidores ni siquiera lo pelaban.
Durante la transmisión de un programa de radio, Cicuta le cuestionó sobre la visión que tiene la mayoría sobre la creación de comisiones y fiscalías para casos que el gobierno pretende enterrar.
El asunto es que Riveros se desmarcó abiertamente la responsabilidad, al afirmar que “nunca presidió la comisión investigadora”. Explicó que su nombramiento fue solamente como portavoz de esa comisión. Durante la entrevista afirmó que el titular de dicha comisión es el alcalde de Tijuana Jorge Astiazarán.
¿Riveros no era el presidente de esa comisión? ¡Que esperaba!!Por eso ni lo fumaban!
Con suficiencia extrema, Riveros dijo que su compromiso era únicamente de portavoz sobre las pesquisas realizadas. El columnista reviró de inmediato al subrayar que era “el único vocero que nunca abrió la boca”. !Qué maravilla!
Luego de tres meses de mantener la boca cerrada, Héctor Riveros decidió salirse por la tangente al afirmar cómodamente que sus compañeros regidores mostraron desinterés sobre la investigación. Su nombramiento fue resultado de un escándalo al interior del gobierno de Tijuana.
El alcalde reveló que la sindicatura municipal le había pedido la mitad de los 80 millones de dólares que se generan por concepto de negocios irregulares.
Antes de convertirse en un escándalo incontrolable, alguien tuvo la extraordinaria idea de crear una comisión investigadora para aclarar los puntos oscuros del asunto, aunque nadie pudo jurar que se esclarecería. En resumen, sin un pelo de tonto, Riveros aventó una papa caliente que por lo visto a nadie le interesa.
Monraz
Muchas deudas arrastra el actual titular del Indivi Alejandro Monraz Sustaita, ex candidato panista a la alcaldía de Tijuana. Como sucede generalmente, el candidato perdedor se recluyó a lamerse las heridas y de plano se olvida de las deudas contraídas. El perdedor supone que al perder la elección sus adeudos quedan saldados.
Durante la campaña, Monraz contrató los servicios de empresas especializadas que quedaron en espera del pago. Ejecutivos de esos consorcios demandarán en lo particular. Además, en breve brincará el caso de la raquítica manutención de una hija. La madre de esa menor ya se cansó de pedirle un aumento en la pensión.
Monraz sólo entrega 2 mil pesos mensuales desde hace 12 años.
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