POR SÓCRATES A. CAMPOS LEMUS.
CUENTAN que un hombre estaba en estado de coma, grave, muy enfermo, salía y entraba de ese estado y por meses su esposa permanecía a su lado todos los días.
Un buen día cuando él despierta de ese coma profundo, le pide a su mujer que se acerque y con lágrimas en los ojos, le dice:
“¿Sabes qué? Siempre has estado a mi lado en cada momento malo de mi vida, en todas las enfermedades y tragedias.
Cuando fui despedido del trabajo, me brindaste ánimo y confianza, me diste vida y apoyo.
Cuando mi negocio quebró a causa de los cierres de calles y plantones, estuviste ahí, al pié del cañón, no dejaste que me desmoronara.
Cuando me dispararon en el asalto, y los policías en vez de auxiliarme me robaban la cartera y el reloj y se fueron de farra con los rateros, estuviste ahí, curándome.
Cuando perdimos la casa por los adeudos de hacienda y después por la voracidad de los banqueros y a pesar de entregarla todavía nos seguimos con el adeudo, te quedaste aquí mismo, a mi lado.
Cuando mi salud empezó a decaer, estabas siempre a mi lado y cuidabas de mí…
¿Sabes qué?.
La mujer llena de lágrimas preguntaba: ‘Qué querido?. Sonriendo y llena de ternura en su corazón…
-Pa´mí, que me traes mala suerte”.
En verdad, no tengo la menor duda que ante la pérdida de la realidad, las gentes se convierten en seres perversos y desagradecidos, por ejemplo, sabemos que muchas de las desgracias que ocurren con los fenómenos climáticos generan destrozos, muertes y tragedias, esto es inevitable, pero lo que no es, es la irresponsabilidad de los funcionarios encargados de velar por su responsabilidad y trabajo, y finalmente, no lo hacen, ahí está como ejemplo de ese desaseo, Guerrero, donde sus funcionarios se lanzan las culpas a unos y otros y explican que ellos avisaron de la gravedad y como el enfermo… terminan diciendo que la tragedia no es culpa de ellos, es por la mala suerte y porque los muertos y damnificados no “hacen caso y no se mueven de sus lugares” y es que no hay una política real que garantice la credibilidad de los funcionarios y la confianza que se debe tener en ellos. pero además, no hay duda de que los políticos, constructores, funcionarios, en vez de hacer bien las obras públicas, por medio de la corrupción dejan obras sin valor y de enorme peligro para la población o bien, se dan permisos y construyen en sitios que ellos compraron a precios regalados y los venden a precios caros en las zonas de alto riesgo, y así vemos que esa cadena de corruptelas solo deja un saldo de tragedias y muertes y a un grupo selecto de constructores, políticos y funcionarios, enriquecidos, dejando en la tragedia los adeudos para todos, los hacen públicos, cuando los negocios y las utilidades se las llevan ellos, por medio de sus negocios privados.
Hoy a parte de la tragedia vemos que las grandes obras de reconstrucción se las otorgan a las grandes empresas, en algunos casos a las mismas que dejaron mal hechas muchas de las obras, caminos y centros habitacionales que se tienen que reconstruir y así, se destinan cientos de miles de millones de pesos a esos grupos, apoyados por políticos y funcionarios y los recursos son los de todos nosotros, se nos cobran a todos y se usan para hacer grandes negocios privados, por esa misma razón, algún político me comentaba hace algunos años que, él, hubiera querido que en su mandato se hubiera presentado una tragedia como la de los sismos del 85, porque entonces habría podido dar muchos contratos a sus cuates y lograr grandes utilidades a través de las obras públicas requeridas en la reconstrucción o en la compra de predios o el robo de muchos que no tenían dueño porque estos había muerto o habían perdido sus documentos… ya nos podemos imaginar los grandes negocios que se realizaron y realizan por medio de los contratos y obras públicas que son del dinero de todos y que, solamente, benefician a unos cuántos…
Comerciantes y especuladores en vez de bajar los precios de los productos alimenticios los suben, sabiendo que de todas formas muchos mexicanos de pocos recursos comprarán artículos para enviarlos a los centros de abasto, quitándose el pan de la boca para brindarlo a los que más necesitan, y sin embargo, en los grandes centros comerciales, siguen haciendo de las suyas y como los inspectores de PROFECO que se quemaron con leche, hasta al jocoque le soplan, después del escándalo de la Ladie de Profeco, prefieren cobrar las cuotas y hacerse de la vista gorda a desempeñar sus funciones, porque saben que en los niveles de arriba, de todos modos llegan a los arreglos, cochupos y transas por medio de la corrupción ,y ellos, se quedan abanicando, no les reparten nada, así que agarran lo que pueden y se hacen tontos, jodiendo, claro está, a todo el pueblo, que es el que viene a pagar por sus corruptelas y transas.
Así, en los pueblos aislados, donde no llegan los medios de comunicación, donde la Laura y sus helicópteros promocionales de televisa no llegan, ni el gobernador del estado de México manda ni los aparatos con o sin payasa peruana, no reciben auxilio y dejan que solos vayan resolviendo sus hambres, miserias y dolores, tragedias, ya saben en carne propia que, no HAY PEOR IJNJUSTICIA QUE LA MISERIA, así quedan cadáveres insepultos como testigos silenciosos de su hambre y sed de justicia…ahora, después de esos momentos, llegan las realidades y en estas la desocupación, la falta de todo porque lo perdieron todo, la miseria y el hambre, pero eso sí, mientras, los familiares del ex Gobernador Reynoso de paseo por Dubai gastando lo mucho que se robaron o ganaron en los negocios que se hacen con los recursos públicos o bien, vemos los espectáculos como los que se ven en Chihuahua, donde los tarahumaras mueren de hambre y miseria, pagar más de un millón de dólares a Luis Miguel para que vaya a cantar en las fiestas que los ricos y los transas se dan el lujo de hacer, con los recursos públicos, total, los dineros del pueblo no se van para su mejoría, se van a los bolsillos de unos cuántos, más cuando éstos pueden ser hasta presidentes de la República que, en este país de tragedias, hasta los peores, pueden ser… total ,hay mucho dinero en medio de los transas, de los negocios sucios, de los contratos, para que queden ahí, mejor los usan los gobernadores para enriquecerse y buscar mejores puestos en su vida política que mejora la vida de sus cuates y de sus familiares y empeora la de todos… las del infeliciaje…
